martes, 25 de marzo de 2008

Después de ver tantas cosas bonitas esta semana,
tanta naturaleza alrededor,
de ir haciendo espacio en el corazón para el amor propio y de disfrutar compartiendo
la melancolía con tres personas magníficas,
cuando me agobio en Madrid…

miro al cielo instintivamente

1 comentario:

Anónimo dijo...

Despues de largo tiempo, aquel que no se ve y no se escucha, y que ni su calor lo sentirás entre tus palmas; sin embargo, el recuerdo lo hace vivo y unas cuantas palabras escritas pueden acoger toda una vida.

Saludos.
Juancho :)